Estamos en verano, época de vacaciones por definición para los estudiantes españoles, ya sean escolares o universitarios, y también el momento del año en que los adultos suelen disponer de más tiempo libre.
¿Cómo orientarse en estos espacios de tiempo cuando se es una persona con Altas Capacidades?
Los niños y adolescentes van a necesitar una mayor guía por parte de los adultos, por lo que parece recomendable que estos sean los encargados de ofrecer al niño o adolescente diferentes alternativas basándose en los múltiples intereses que suela expresar en su vida cotidiana. Es habitual encontrarnos con niños y jóvenes de Altas Capacidades que tienen una agenda completa durante el curso académico: clases ordinarias, extraescolar de idiomas y dibujo, además de los estudios reglados en un conservatorio de música, suele ser bastante habitual y, llega el verano y nos encontramos con una reducción de actividad más que preocupante en general, además de llevada al extremo: de cien a cero.
Es necesario descansar después del esfuerzo llevado a cabo durante todo el curso pero podría ser interesante considerar el descanso como un cambio de actividad, y no como el cese de ésta. Así, ¿por qué no diseñar un programa de enriquecimiento para estos meses? Quizá sea el momento de probar a hacer algo totalmente diferente, pero que siempre rondaba por la cabeza y que, además, ahora se nos ofrece a modo de cursillo intensivo.
Resultaría muy positivo hacer una lista de hobbies y diferentes intereses y priorizar, además de aquellos que más nos apetezcan, esos que sabemos nos van a ayudar más a crecer como personas y, no sólo esto, también podemos hacer lo mismo con las lecturas “de verano”, las visitas a aquellos museos u otros lugares a los que no hemos podido acudir durante el resto del año, conferencias, audiciones, películas que no se pudieron ver en su momento pero que consideramos de calidad.
Podemos también aprovechar para hacer un repaso de aquellas aptitudes que han ido apareciendo a lo largo del tiempo en el niño o adolescente, como su capacidad empática, sensibilidad por la música, capacidad de liderazgo, etc, y aprovechar para potenciar esas cualidades a través, por ejemplo, de un voluntariado en el caso de los adolescentes, jóvenes y adultos; unas clases de lenguaje musical e iniciación en algún instrumento, organización de un mercadillo con los amigos de la urbanización o los vecinos…
Es muy importante, en todos los casos, que sea la propia persona de Altas Capacidades, y no sus padres o tutores, los que decidan a qué van a dedicar su tiempo: hay que ofrecerles las posibilidades que creemos mejor para ellos, pero desde su óptica, no desde la del padre o madre.
A la hora de planificar las vacaciones familiares, no está de más, contar con la opinión e intereses de los hijos y, así, si sabemos que éste se interesa por la astronomía, la paleontología, el arte… tenerlo en cuenta, de modo que pueda hacerse alguna visita a sitios de su interés, dentro del conjunto de las vacaciones. También, en la mayoría de las ciudades y algunos pueblos de turísticos, se ofrecen visitas guiadas por la zona, que suelen interesar mucho a las personas de Altas Capacidades, sean de la edad que sean.
Quizá también estemos en el momento ideal para descubrir diferentes publicaciones, como revistas de ciencia, historia, naturaleza… que abran posibilidades mucho más allá de las releídas sobre videojuegos u otras a las que seamos asiduos durante el año. Ni qué decir tiene, la ilusión que puede despertar el comprar un periódico local, o una revista en otro idioma (aunque no se entienda), si nos encontramos de viaje fuera de nuestro país.
Además, no nos olvidemos de que, puesto que seguramente durante el año no hayamos pasado demasiado tiempo en familia, éste es un buen momento para que todos los miembros lean un mismo libro que puedan ir comentando, construyan un álbum de fotos recordando los momentos vividos, participen en juegos de mesa o hagan un videofórum en casa.